Antonio José Martínez Palacios, que signava les seves obres com a Antonio José, va ser un compositor nascut a Burgos el 1902 que va ser assassinat a començaments de la Guerra Civil. Coincidint amb el vuitantè aniversari de la seva mort (de fet, va ser executat poques setmanes després que Federico García Lorca) s'han posat en marxa diverses iniciatives per recordar-lo, entre elles un documental, diversos concerts i el vídeo que us presentem avui. Millor dit, que us presenten la soprano Adriana Viñuela i la pianista Elisa Rapado, que han tingut l'amabilitat de preparar aquesta entrada. Gràcies, Adriana i Elisa!
 
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Antonio José (Archivo Nacional de Burgos)
 
Cuando comenzamos a rodar la película El Molinero de Antonio José, no pensábamos solamente en difundir la que es su obra para voz y piano más conocida (al haber sido publicada por la Unión Musical Española en 1935, El Molinero se interpreta con cierta frecuencia), sino sobre todo en lo que falta por hacer: Antonio José es un compositor burgalés asesinado en la guerra civil sobre el que se impuso el silencio. En torno a los años 80 se comenzó a recuperar su figura y su música sobre a partir de los esfuerzos realizados por su biógrafo Miguel Ángel Palacios Garoz, pero queremos llamar la atención de todas las instituciones musicales sobre el hecho de que algunos estrenos aún no se han producido, como el de su ópera El Mozo de Mulas.

A la hora de comenzar nuestra filmación, comentamos con Ignacio García nuestra propia interpretación del texto poético. La pieza, en su origen una canción popular recogida por Antonio José e interpretada en la Merindad de la Sotoscueva, se basa en los siguientes versos. Recogemos entre corchetes el texto original:
 

[Labrador, labrador a tu mies,
labrador, labrador yo le quiero,
no le quiero molinero y porque
le llaman el maquilandero,
que le quiero labrador
que coja los bueyes y se vaya a arar
y a la media noche me venga a rondar,
que suba a aquella montaña
y coja la rama del verde laurel
y a la mi ventana la venga a poner.]
Yo le quiero labrador que me venga a rondar.
Porque el molinero o el maquilandero
yo sé que no llevaría los bueyes al campo
p'arar labrador le quiero yo,
que coja la rama, sí,
y a la media noche me venga a rondar.
¡Molinero!

 
 
En palabras de Adriana:

Al molinero se le designa “maquilandero” porque cobraba la maquila (“porción de grano, harina o aceite que corresponde al molinero por la molienda”, según el DRAE). Esta maquila se cobraba muchas veces de forma abusiva. Por esta razón, como me indicó en su día el maestro Palacios Garoz, la figura del molinero no goza de buena fama en el cancionero popular. Además el autor añade que no sólo “no le quiero molinero”, sino que “le quiero labrador”: presenta al labrador como personaje más honrado en contraposición al molinero, más trabajador (“que coja los bueyes y se vaya a arar”) y con quien previsiblemente la cantora sueña con encontrarse o anhela haberlo hecho, sabiendo que no podrá volver a ser, mediante los símbolos tan sugerentes de la noche y la ronda (“y a la media noche me venga a rondar”). Se hace evidente también este deseo o anhelo cuando dice “y a la mi ventana la venga a poner”.

Si dejo volar mi imaginación al escuchar este texto con esta armonización, intuyo lo que podría haber detrás de ese texto popular. Y no es más que algo que ha estado a la orden del día hasta no hace tanto en nuestro país, y que por desgracia sigue siendo vigente en nuestros días en países como India; me refiero a los matrimonios de conveniencia. Así entenderíamos que la cantora, una campesina ficticia, se lamenta de no poder unirse al labrador, su amado, ya que debe casarse con el molinero, puesto que económicamente hablando, sería mejor partido. Esta cuestión ya le llevó a filosofar a nuestro artista en 1929, llegando a la conclusión entonces, de que la mejor y más fácil solución a este “problema sexual”, es que la mujer pudiera ser independiente económicamente (1), por lo que no es extraño que lo tuviera presente al realizar esta composición.

En palabras de Elisa:

Cuando Adriana me comentó la interpretación que quería aportar al texto poético de “El Molinero”, acentuando los componentes dramáticos de su versión musical, el enfoque me pareció el correcto, teniendo en cuenta cómo la propia música para piano traduce las revueltas aguas en torno al molino, algo que expresamos visualmente en numerosas ocasiones (podéis leer más sobre las distintas versiones de la canción El Molinero y lo que creo que expresan las distintas puestas en música aquí). Desde este punto de vista, la pieza presentaba dos problemas para ser filmada: integrar un piano en un molino y el papel que podía representar yo como pianista, pues al ser una mujer, no podía interpretar el rol del molinero o el labrador. Enseguida nos decidimos por una fantasía que me convertía en un personaje oscuro, contrapuesto a la blancura inocente de la joven, en una Bernarda Alba que representa e impone en su familia los valores más conservadores de la sociedad. Cuando aparece, mi imagen recuerda a la protagonista que sus sueños y anhelos por el labrador son en vano.

Al final, para evitar el problema técnico de trasladar un piano a un molino, la pieza alterna la situación concierto con la fantasía sobre la historia de la joven. Nos parece una bonita forma de expresar cómo funciona la imaginación del intérprete en un concierto de Lied: a veces estás en la sala, junto a tu público, pero otras veces sientes cómo viajas mentalmente a los paisajes y sientes profundamente las emociones de los personajes de las canciones.

Nos gustaría finalizar con algunas palabras más de Antonio José sobre su percepción de la canción y de la música en general. Al hacerlo, os invitamos también a descubrir otras páginas maravillosas de su música para voz y piano, para instrumentos solistas (guitarral piano), orquesta y coro.

"La canción popular es como la alegre carga de color y polvo de oro de las mariposas, como el vuelo blanco de la paloma entre cielo y mar, como el bullicioso velo de la aurora que traen en el pico los pájaros al romper el día, como el gozoso frescor de la mañana en torno del molino… Y la canción popular es también el hada buena que inspira a la Música. A la MÚSICA, con letras mayúsculas. Esa verdadera música que es mucho más que la combinación de sonidos y tiempo. Esa música que es principio de bondad y de filosofía. Que es arte y es ciencia, y es idea y es espíritu. La música es una lengua universal que refiere armoniosamente todas las sensaciones de la vida. La lengua es de esencia divina, porque el canto es tan natural al hombre como la palabra y como el grito. Y la música es la lengua del universo.”

El molinero
 
 
 
(1) Manuscrito de 1929, inédito hasta 2002 y publicado por PALACIOS GAROZ: En tinta roja, instituto municipal de Cultura, Ayuntamiento de Burgos, página 323.

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