Ara fa dos anys que començava una col·laboració amb el Master en Lied de l'ESMUC; el treball del mòdul Literatura del gènere. Repertori del lied alemany, impartit per la pianista Viviana Salisi, consisteix a escriure una entrada per aquest blog; entre els treballs presentats, la Viviana i jo mateixa triem els articles que es publiquen setmanalment durant el mes de juliol. En aquest enllaç trobareu els dels dos cursos anteriors i, a partir d'aquesta setmana, els d'aquest curs 2018-19.

El primer és el de la pianista María Paz Sotullo, que ens parla d'un dels lieder de Dichterliebe, Wenn ich in deine Augen seh'; ens l'il·lustren musicalment Fritz Wunderlich i Hubert Giesen. Moltes gràcies, María Paz!

Heinrich Heine - Moritz Daniel Oppenheim
Heinrich Heine - M. D. Oppenheim
 
Cuando el ciclo de canciones Dichterliebe (Amor de Poeta) de Robert Schumann comienza, algo nos dice que este amor no terminará bien. ¿Pero por qué? ¿Qué sucedió? ¿La amada del poeta existe o no existe? ¿Lo dejó por otro, nunca lo amó…? Estas preguntas se van contestando sutilmente poema tras poema. La historia de este amor es contada por Heine en su Lyrische Intermezzo, en 65 poemas, pero Schumann elije sólo 16 (aunque había compuesto 4 más que luego descartó para darle mejor continuidad).

Si bien de las 16, es quizás la N° 11, Ein Jüngling liebt ein Mädchen la que relata más concretamente sobre este enredo de amores:

Un joven amaba a una muchacha,
ella prefería a otro;
el otro amaba a otra
y se ha casado con ella.
 

…conociendo el gusto por la ironía del poeta, me fiaría más de su costado más sensible.

Por otro lado es interesante destacar que las primeras cuatro canciones de Dichterliebe son exactamente los primeros cuatro poemas de Lyrische Intermezzo, a partir de allí Schumann comienza a saltearse e incluso a rotar algunos poemas del orden “heineano”. La canción N° 4 dice así:

Wenn ich in deine Augen seh,
So schwindet all' mein Leid und Weh;
Doch wenn ich küsse deinen Mund,
So werd ich ganz und gar gesund.

Wenn ich mich lehn an deine Brust,
Kommt's über mich wie Himmelslust;
Doch wenn du sprichst: Ich liebe dich!
So muß ich weinen bitterlich.

Si veo tus ojos
desaparecen toda pena y dolor;
y si beso tu boca,
de pronto me siento totalmente sano.

Si me recuesto en tu pecho
me embriaga un celestial placer;
pero si dices: ¡te amo!
Debo llorar amargamente.

(traducció de María Paz Sotullo)

 

La canción compuesta en una delicada tonalidad de Sol Mayor va sucediéndose en distintos puntos tonales por cada situación: “si veo tus ojos desaparecen toda pena y dolor”, aquí va de Sol Mayor a su acorde dominante Re Mayor , aunque para nada tenso, más bien pareciera que el espacio se achica; “si beso tu boca me siento totalmente sano”, aquí se dirige a Do Mayor; “si me recuesto en tu pecho me embriaga un celestial placer”: mi menor; “pero si dices”: acorde disminuido tenso y extraño, con la indicación ritardando (cada vez más lento),; “te amo!”: resuelve en la menor aunque apoyándose en la nota si destacando la ternura del pasaje; “debo llorar amargamente”: cadencia a Sol Mayor. Un Sol Mayor que nunca se sintió ¡¡tan menor!! Tan melancólico, tan lánguido, tan triste. ¿Pero por qué? ¿Acaso lo que acontece al poeta no es lo que cualquier amado pudiera desear?, estar en brazos de su amada, poder mirarla, sanar a través de su mirada y la expresión del amor puro representada en un beso, ¿por qué llora amargamente luego de que su amada le pronunciase las palabras “Te amo”?

Aquí viene el comienzo de mi búsqueda frenética por entender este poeta y su desamor, estudié este ciclo hace varios años atrás apenas entendiendo a Schumann, adivinando alguna cosa pero cuando me volví a acercar esta vez, sentía al atravesar el ciclo algo que no me cerraba, algo que Schumann sabía a la perfección, ¡y lo dice claramente! Pero yo, como descifrando un sueño necesitaba encontrar respuestas concretas. Podía entregarme a la melancolía de la N° 1, a la alegría desenfrenada de la N° 3, pero en la N° 4 me frenaba… “amargamente”…

Resulta que un joven Heinrich, amaba una joven llamaba Amalie, quien era su prima. Nacida un 8 de mayo de 1800, era la tercera hija de Salomon Heine, un importante banquero de origen judío en Hamburgo. Heinrich quien era 3 años mayor que Amalie había llegado a la casa de su tío en 1816, ya que este al contrario de su padre podía con soltura contribuir a su manutención. De hecho le incentivó a fundar la empresa de telas “Harry Heine & Comp” que fracasó porque su dueño se dedicaba más a los sueños que a las cuentas.

Numerosos testimonios hay de que fue un amor correspondido, pero las circunstancias culturales y sociales del momento harían de este amor una empresa destinada al mismo fracaso que la empresa de telas. Si bien Salomon era un hombre exitoso y adinerado, su origen judío no era una cualidad fácil de llevar para él y su familia en aquellos tiempos, en 1804 el Kaiser había introducido en el Código Civil la condición igualitaria de judíos y no judíos. Sabemos por los tiempos que corren que esas pueden ser batallas ganadas pero que esconden una sociedad que necesita legislarse en esos términos. Por lo que Amalie debía casarse con alguien igualmente adinerado para preservar su seguridad social y económica. Así es como a pesar del amor que se profesaban, Heinrich sabía que su prima estaba destinada a casarse con Jonathan Friedländer, 7 años mayor que Amalie y terrateniente de Königsberg, la boda se celebraría en 1821.

Pero la historia no acabó allí, es cierto que luego del casamiento el amor desenfrenado de Heinrich mermó, pero muchas cartas a sus amigos cuentan su desesperación, su angustia por la boda, y también la solución alterna: seguir viéndose aún después de casada. Así, el amor siguió aunque fue diluyéndose y debido a su ya mencionado origen judío, a las reiteradas prohibiciones de sus publicaciones, a sus opiniones hostiles, claro porque no pensaba quedarse callado, Heine decidió iniciar una segunda vida en Paris en 1831 y allí conoció a una joven vendedora de zapatos de 18 años llamada Augustine Crescense Mirat a quien llamó Mathilde. Nacida el 15 de marzo era una grisette, es decir una mujer trabajadora, soltera y de clase baja, que no gozaba precisamente de honor dentro de la sociedad burguesa del s. XIX. Se enamoraron espontáneamente y convivieron 7 años hasta que se casaron en 1841. Muchas lágrimas corrieron bajo el puente de la vida de este gran poeta archiconocido a través de Schubert, Schumann, Brahms, y muchos más, lágrimas de amor pero también como lava volcánica de una sociedad que él predijo enferma de prejuicios y nacionalismos inútiles y salvajes.

 
Wenn ich in deine Augen seh'
 

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