Epheu es la tercera de las cuatro canciones que componen Mädchenblumen, ciclo que fue compuesto por el alemán Richard Strauss (1864-1949), y que pertenece al Op.22 de su obra. Mädchenblumen data de 1886 y está basado en los textos de Felix Dahn (1834-1912), quien fue un poeta, historiador y jurista alemán.
Las cuatro canciones que forman parte de este inspirado ciclo son: Kornblumen (Acianos), Mohnblumen (Amapolas), Epheu (Hiedra) y Wasserrose (Nenúfar). Epheu será el tema principal de este artículo, pero también se hablará brevemente de las otras canciones de este cuaderno, ya que el ambiente que éstas proponen y su contextualización hacen de todas ellas una obra con una clara unidad, por lo que no puede entenderse una de ellas sin las demás.
La primera de las Mädchenblumen es Kornblumen, o los acianos. Éstos son un tipo de flor de color violeta o azulada que el poeta compara con las muchachas tiernas y risueñas. Strauss crea para ello un ambiente melódico que representa esa ternura, y un acompañamiento sincopado que muestra el carácter risueño que tiene relación con la siguiente canción: Mohnblumen.
La segunda canción, las amapolas, son mucho más juguetonas y pizpiretas, carácter que se hace notar con los saltos, trinos en contratiempo del acompañamiento y un carácter más alegre en la voz del cantante.
Y después de la presentación de las dos primeras Mädchenblumen, es cuando llega el momento de la esperada Epheu o hiedra, de carácter sensible y noble.
La hiedra según el poeta es como aquellas muchachas tiernas y sencillas que en su interior tienen su mayor tesoro, su gran sensibilidad o lo que sería su flor. El poema cuenta cómo ellas mismas no pueden alzarse solas desde sus raíces, ya que no poseen la suficiente fuerza. Strauss lo plasma realizando una sucesión de cuatro ascensos en la voz del canto que siempre acaban descendiendo. Y en el piano, cada ascenso es la representación del continuo intento del crecimiento de la hiedra.
Posteriormente relata su característica más importante: una vez que ellas eligen su primer y único amor se enredarán con él para siempre, y de él dependerá su destino, ya que son unas flores especiales que solo florecen una vez en su vida. Strauss logra dar importancia a ese momento de la descripción escribiendo ascensos que buscan acordes en sonidos largos, en intensidad pp (pianissimo), creando así una expectativa única. Y con esa única vez que florecen las hiedras en su vida, termina Epheu, comenzando la frase final en intensidad baja en la voz y elevándose cuando dice la palabra “einmal”, que significa “una vez”, que le da énfasis a esta idea que concluye con los arpegios ascendentes y delicados del piano.
Y por último, no podemos quedarnos sin hablar de la canción que cierra el ciclo, Wasserrose o Nenúfar, que de no ser gracias al ambiente creado anteriormente con Epheu sería difícil de interpretar, ya que destaca por la magia que se genera con sus ostinatos, queriendo recordarnos al agua del estanque en el que se encuentra.Sin duda Epheu es un ejemplo de canción donde se muestra cómo la sencillez de una melodía y de un acompañamiento logran combinarse y convertirse en una de las más bellas canciones del ciclo. La manera en la que el poeta habla de esta flor comparándola con una muchacha profundamente sensible y el acompañamiento que Strauss crea de manera tan inspiradora hacen de Epheu una delicia para quien la interpreta y para quien la escucha.
Como pianista, el mayor desafío que me supone interpretar Epheu es generar la sensación de que la hiedra va creciendo poco a poco, e imaginar que a través de los arpegios se puede generar el ambiente encantador que acompaña la descripción de la misma. La versión de la soprano Diana Damrau y del pianista Stephan Matthias Lademann representa un buen ejemplo de lo que hay que intentar lograr con esta maravillosa canción.
Mädchen, mit den sanften Worten,
Mit dem Haar, dem schlichten, hellen,
Um den leis gewölbten Brauen,
Mit den braunen, seelenvollen
Rehenaugen, die in Thränen
Steh’n so oft, in ihren Thränen
Grade sind unwiderstehlich;
Ohne Kraft und Selbstgefühl,
Schmucklos, mit verborgner Blüthe,
Doch mit unerschöpflich tiefer,
Treuer, inniger Empfindung
Können sie mit eigner Triebkraft
Nie sich heben aus den Wurzeln,
Sind geboren, sich zu ranken
Liebend um ein ander Leben:—
An der ersten Liebumrankung
Hängt ihr ganzes Lebensschicksal,
Denn sie zählen zu den seltnen
Blumen, die nur einmal blühen.
que, con tiernas palaras,
con su cabello claro, sin mucho dorno,
enmarcando el suave arco de sus cejas,
con sus expresivos ojos castaños de cervatillo,
tantas veces llenos de lágrimas,
justo presa de esas lágrimas
resultan irresistibles;
las que, sin fuerza ni coraje,
sin ornamentos, al tener escondidas sus flores,
mas de una sensibilidad profundísima
tan inagotable como intensa i verdadera,
no poseen la suficiente energía propia
como para elevarse de sus raíces,
las que han nacido para enreder
su amor en la vida de otro:
y de ese primer amor al que se enredan
depende el destino de toda su vida,
pues se cuentan entre las flores raras
que no florecen más que una vez.
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