El lied empieza con un simple tema, expuesto contrapuntísticamente por todas las voces. Las largas notas del piano y el estilo contrapuntístico hacen pensar más bien en un sonido de órgano, y ciertamente resulta un desafío para los pianistas encontrar la calidad de sonido apropiada para permitir que ciertos sonidos se mantengan para disfrutar las sutilezas de la escritura particular de Schumann. El inmutable piano del cantante contribuye a esta idea de sonido fijo. Las frases a este tempo parecen larguísimas, pero los abundantes signos de puntuación del texto, indican dónde el cantante puede respirar. Una progresión dirige la primera estrofa hacia una cadencia suspendida sobre la dominante, interrumpida por el motivo del bajo, que desdibuja completamente el sentido armónico al presentar la tónica la contra el sol# del cantante. Este es uno de los ejemplos más espectaculares del arte de Schumann de desfasar el discurso armónico y el melódico creando disonancias y sonoridades fantásticas. Esta dislocación melódica y armónica resulta escalofriante, como un reflejo musical de la inquietud.
Cuando se describe la fiesta nupcial, las dinámicas pueden variar, la síncopa sugiere veladamente vida y movimiento. El cantante puede reaccionar con un crescendo gradual en la progresión, pero muy medido, en dirección a “munter”, donde los músicos tocan festivamente. Con este leve crescendo, el cantante prepara el imprevisible y sorprendente cambio de dirección sobre el último verso “und die schöne Braut, die wainet” (y la bella esposa, ella llora), enfatizado por un dramático ritard. Este golpe inesperado congela el alegre día de verano. La canción no nos dice si las lágrimas de la novia son de alegría o de pena. El inquietante Lied se termina sobre la dominante, como una pregunta sin resolver, como un dilema de la joven esposa.
Esta canción guarda una fuerte relación con otras canciones de Schumann, como son: Im Rhein de Dichterliebe y Zwielicht, del mismo Liederkreis.
Parte de la inerte cualidad meditativa de esta música fue absorbida por Hugo Wolf en su versión de Auf ein altes Bild (con texto de Mörike) donde otra imagen es descrita en tonalidad semi-modal, con ritmo estático y el verso final produce un giro inesperado.
Eingeschlafen auf der Lauer
Oben ist der alte Ritter;
Drüber gehen Regenschauer,
Und der Wald rauscht durch das Gitter.
Eingewachsen Bart und Haare
Und versteinert Brust und Krause,
Sitzt er viele hundert Jahre
Oben in der stillen Klause.
Draußen ist es still' und friedlich,
Alle sind ins Tal gezogen,
Waldesvögel einsam singen
In den leeren Fensterbogen.
Eine Hochzeit fährt da unten
Auf dem Rhein im Sonnenscheine,
Musikanten spielen munter,
Und die schöne Braut, die weinet.
Adormecido en el mirador
en lo alto está el viejo hidalgo;
encima se mueven nubarrones,
y el bosque murmura a través de las rejas.
Uno con crecida barba y cabellos
y hechos piedra su pecho y risos,
se sienta por muchos cientos de años
arriba en su silenciosa celda.
Fuera está silencioso y pacífico:
todo al valle se ha ido,
los pájaros carpinteros solos cantan
en los vacíos arcos de las ventanas.
Una boda pasa por debajo
hacia el Rin, por lo soleado,
músicos tocan alegres,
y la bella novia, ella llora.
(traducción de Diego S. Loyola)
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