L'Aurora Galán dedica el seu treball a un lied de Strauss, Wasserrose, amb poema de Felix Dahn. i l'il·lustra amb la versió de Diana Damrau i Stephan Matthias Lademann. Gràcies, Aurora!

La trombe - Gustave Courbet
La tempesta - G. Courbet

Se trata de la última canción que compone el ciclo Mädchenblumen, op.22, compuesto por Richard Strauss (1864-1949) y editado en 1888. Basado en un poema de Felix Dahn (1834-1912), nos da una muestra significativa de la importancia de la figura femenina como parte del repertorio romántico. El ciclo habla de cuatro tipos de flores: Kornblumen (Acianos), Mohnblumen (Amapolas), Epheu (Hiedra) y Wasserrose (Nenúfar o lirio de agua).

En este Lied, el poeta hace una transfiguración y juego retórico entre la Donna y la flor, tratándolo a la vez con condescendencia y admiración: si por un lado fomenta la comparativa entre mujeres, por otro refleja el deseo por conectar con una naturaleza eminentemente femínea. Esta idea conecta con una de las principales preocupaciones del hombre romántico: la escisión entre el ser humano y la naturaleza. El hombre aparece como un ser distante, un mero observador de todo aquello que le rodea y le es inalcanzable, la amada sin embargo puede gozar del privilegio de la naturaleza. Si el individuo aspira a acceder a la totalidad y unicidad del Espíritu, a través de su intuición e imaginación, también podemos afirmar que el Todo tiene esencia de mujer.

De los versos emana una trascendencia simbólica evocadora y de fuerte magnetismo sensual, que sobrepasa al propio género. Habla de la mujer como ser de profundos pensamientos premonitorios […]encarcelados en la Tierra. ¿No es esto sino la muestra de una magnificencia que roza lo divino? Ella, hermosura inconmensurable, mezcla de miedo y dulzura, es descrita por Dahn como un ser delgado, etéreo, traslucido e incoloro que usa el mismo lenguaje de la naturaleza. De la misma manera Strauss construye un inicio de ambiente bucólico y místico, recreado a través de sutiles acordes desplegados, que dejan todo protagonismo a la voz. Así, la voz parece nacer de la propia noche gracias al hechizo de la luna reflejada en el estanque.

Por contexto, las múltiples referencias a motivos florales, el agua o el entorno, sitúa esta canción como antesala del movimiento Jugendstil o Art Nouveau en Alemania, cuyos primeros atisbos pueden situarse en 1886, pese a que su consolidación como género no lleguase hasta 1899. Richard Strauss es comúnmente reconocido como uno de los compositores que absorbió dichas premisas estéticas, convirtiéndolo en un estilo autoconsciente. Según Wayne Heisler esto queda magistralmente reflejado en sus canciones y en su ballet-pantomima Josephslegende de principios del siglo XX.

La resignación del humano ante una perfecta figura que encarna lo inalcanzable, lo mágico y lo inherente, es otro constante en estos versos. Strauss los recrea flamantemente a través del nacimiento de la flor So blüht sie, die zaub'rische Schwester der Sterne (Entonces ella florece, la hermana mágica de las estrellas) con un cambio de color hacia una tonalidad mayor, que representa este deseo con un sutil manierismo armónico. El nacimiento como vuelta al origen representaría el triunfo de la verdad.

Hacia la mitad del poema, Wenn sie spricht ("Cuando ella habla"), el compositor otorga un cierto color de majestuosidad en la melodía que nos recuerda otro mito romántico: el yo heroico en el romanticismo. Ilustrado por Argullol en “El Héroe y el único” se observa aquí el prototipo del Enamorado. Su amor precipita el deseo de acción y se muestra como suprema reafirmación de la voluntad y su identidad: die am Rande des Teichs sich sehnet von ferne, ("a la orilla del estanque, de lejos, él anhela"). La pasión amorosa no es platónica sino placentera y sensual. La definición cuasi perfecta asociada a rasgos físicos reales y concretos, nos muestra como el autor tiene un perfecto conocimiento sobre los arquetipos femeninos, escapando así de la idealización. El poeta es taxativo: Wasserrose, so nenn' ich die schlanke, nachtlock'ge Maid… ("yo llamo nenúfar a las doncellas de rizos negros como la noche…").

La relación de música y texto es una evidencia en su misma. A través de su hermanamiento artístico, Strauss construye un lied que combina a la perfección sutileza, admiración, y magia en una recreación romántica que camina hacia nuevas corrientes de pensamiento.

 

Wasserrose

Kennst du die Blume, die märchenhafte,
sagengefeierte Wasserrose?
Sie wiegt auf ätherischem, schlankem Schafte
das durchsicht'ge Haupt, das farbenlose,
sie blüht auf schilfigem Teich im Haine,
gehütet vom Schwan, der umkreiset sie einsam,
sie erschließt sich nur dem Mondenscheine,
mit dem ihr der silberne Schimmer gemeinsam:
so blüht sie, die zaub'rische Schwester der Sterne,
umschwärmt von der träumerisch dunklen Phaläne,
die am Rande des Teichs sich sehnet von ferne,
und sie nimmer erreicht, wie sehr sie sich sehne.
Wasserrose, so nenn' ich die schlanke,
nachtlock'ge Maid, alabastern von Wangen,
in dem Auge der ahnende tiefe Gedanke,
als sei sie ein Geist und auf Erden gefangen.
Wenn sie spricht, ist's wie silbernes Wogenrauschen,
wenn sie schweigt, ist's die ahnende Stille der Mondnacht;
sie scheint mit den Sternen Blicke zu tauschen,
deren Sprache die gleiche Natur sie gewohnt macht;
du kannst nie ermüden, in's Aug' ihr zu schau'n,
das die seidne, lange Wimper umsäumt hat,
und du glaubst, wie bezaubert von seligem Grau'n,
was je die Romantik von Elfen geträumt hat.

¿Conoces la flor, el fabuloso, legendario
nenúfar celebrado en el mito?
Cuelga en un tronco delgado y etéreo
su cabeza translúcida e incolora;
florece junto a un estanque de ensueño en el bosque,
custodiada por un cisne, que gira solitario a su alrededor,
solo se abre a la luz de la luna,
con quien comparte su brillo plateado:
así florece, la hermana mágica de las estrellas,
y que acorralada, por la oscuridad, de lejos sueña
con alcanzar el borde de estanque,
y nunca logra acercarse a él por más que lo desee.
Nenúfar, así llamo a la delgada
doncella con mechones oscuros y mejillas de alabastro,
con profundos pensamientos premonitorios que se muestran en sus ojos
como si fueran fantasmas encarcelados en la Tierra.
Cuando ella habla, es como el sonido de las plateadas olas
cuando ella calla, presagia el silencio de la noche de luna.
Parece haber intercambiado miradas con las estrellas,
cuyo lenguaje, al de la misma naturaleza, se ha acostumbrado
Nunca te cansarás de mirar esos ojos
bordeados de largas y sedosas pestañas,
y crees, como bendecida, aterradoramente hechizada,
lo que sea que los románticos hayan soñado con los elfos.

 

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